Lo que me faltaba...

jueves, 17 de julio de 2008

Melissa

Sé que no es la traducción, pero es lo que me nace escribir con esta canción.


Tus manos no saben manejar los recuerdos de aquellos lejanos días, tus manos son condescencidentes y selectivas, ¿porqué aprietas la tristeza si hay tanta felicidad que se te resbala?
Esa felicidad que nace en tu pecho, de tus ligeramente morenos pechos que me enamoraron mientras mirando directo al cielo de aquella mañana, susurrabas mi nombre.
Me disculpo, perdí tu corazón, algunos días estuvo en mi posesión pero al desabrochar los botones de su jaula echó a volar. Me pregunto si algún día lo encontraré nuevamente o si es que tu lo volverás a verle en algún lugar.
Recuerdo tu espalda y los suaves placeres en los que terminaba, tu amabilidad que deseosa los alzaba para que abandonaran tu cuerpo, aunque fuere por una tarde; pero ahora quieres destruir lo que en tus manos se moldeaba, esos recuerdos,: nuestros deseos y sagradas virtudes.
La tristeza se acumuló y explotó en mi pecho, todas mis prendas se agujeraron, ahora parecería que son viejas. Mis sentimientos se escapan por la coladera formada por entre mis playeras y pantalones, mientras el viento entra y enfría mi alma.
Casi me atrevo a dejar salir mi corazón, darle alas y permitir que vaya en busca de tu sentir, pero basta mirarte para sentir la presencia de la muerte. Te escucho e imagino que, probablemente, nada acabará bien. No dejaré salir mi corazón si se que va contra el viento, si tus manos buscan consuelo en otras palmas.