Lo que me faltaba...

martes, 17 de noviembre de 2015

Lucy

El peligro acecha, lo puedo escuchar en mi cabeza. Es difícil distinguir si es mi imaginación la que requiere de mi atención o si el zumbido que mi cabeza entiende como una voz humana es real y viene desde más o menos metro y medio por detrás de mi oreja derecha. El miedo corroe mi piel, y mis uñas comienzan a escarbar mis piernas removiendo lentamente las costras que esta semana lograron formarse. Rápidamente siento como de mis heridas brotan ligeras gotas de sangre caliente que impregnan mis medias aun por debajo de mi vestido. La curiosidad es intensa y a pesar de haberme desahogado con el dolor físico sigo escuchando ese zumbido con voz femenina que llama por mi atención.
-Lucy- Me llama...
Un espasmo proveniente de mi espalda me congela el cuerpo entero al sentir como una mano toca mi hombro, mis ojos se cierran deseando que todo sea un sueño, pero entiendo que no es así en el momento que siento un segundo roce en mi hombro a pesar de estar caminando sola desde hace horas.
-Lucy- escucho metros atras... -Lucy.
Me apresuro para llegar a mi casa antes de que la voz llegue, no me agrada cuando me espera allí dentro en la profunda oscuridad de la noche, pero a pesar de salir corriendo al abrir la puerta puedo escucharla allí dentro caminando de un lado a otro y juzgando mi vida entera.
-No sabes como te odio- Remató.
[No eres real] Pensé. [No puedes dañarme porque no eres real]
Mis medias se tornaban mas y mas cálidas a medida que me desvestía en mi dormitorio. Me quitó las últimas medias que me quedaban para esta semana [y eso que apenas es martes].
-Debiste atravesarte en la luz verde. Debiste haber muerto en frente de todos.
Cierro los ojos intentando escapar del zumbido.
[Esto funciona, esto funciona]
-No puedes callarme Lucy, morirás antes de lograrlo.
[No eres real, no puedes dañarme...] Repito en mi cabeza con las manos en mi rostro intentando concentrarme en callar esa voz.
-Si el Geodon no pudo, tu no tienes oportunidad. Te encerraran conmigo por el resto de tu vida.
[Esto funciona, esto funciona]
Me levanto ignorando aquel zumbido por completo y apago la luz, en la oscuridad el zumbido parece perder fuerza mientras me quito mi sujetador y me acuesto a dormir.
[Lo he logrado]
Mis sabanas se manchan nuevamente con la sangre de mis piernas, el blanqueador ya ha dejado una mancha amarillenta a esa altura, pero no puedo darme el lujo de comprar unas nuevas. 
[Por hoy puedo dormir en paz] Pensé por justo antes de perder el conocimiento.

-Sigue soñando Lucy.